Los seres más deshonestos de la tierra

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

24 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Así nos ha llamado Trump a los periodistas. Hoy celebramos nuestro patrón, san Francisco de Sales, y estamos acostumbrados a que nos llamen de todo. Somos desde siempre la canallesca. Pero qué honor que el nuevo presidente de los Estados Unidos nos considere su primer problema. Dice mucho a nuestro favor y, una vez más, lo retrata a él. San Francisco de Sales es el patrón de la prensa porque tuvo la iniciativa de escribir y repartir unas hojas volanderas que el santo llevaba a los portales de los protestantes para intentar convencer de sus argumentos. No imponía su verdad, la difundía para quien quisiera informarse. El periodismo nace de la curiosidad. De preguntarse y preguntar. Siempre existieron los personajes con poder a los que no les gustan las cuestiones incómodas. Siempre se practicó el «pregunta lo que quieras que yo contestaré lo que me dé la gana». Pero Trump va más allá. Él, como muchos políticos, ni siquiera permite las preguntas. Él contesta a los miles de manifestantes y los ridiculiza con un wasap, desde ese trono de los 140 caracteres de Twitter. El periodismo es uno de los oficios más fascinantes. Obreros de la palabra al servicio de intentar acercarse a la verdad o a lo que más se parece a la verdad. El trabajo suele ser dejar que hablen varias fuentes, contrastarlas y exponer sus puntos de vista para extraer ese mineral exquisito que es una información bien hecha, lo más similar a un punto medio. No acusar sin pruebas. Cuestionar todo y cuestionarlo todo. Y que esa información llegue al lector para que él extraiga sus conclusiones. Informar, no deformar. Que el portavoz de Trump diga que luchará contra los medios «con uñas y dientes» no parece «el inicio de una hermosa amistad», pero esa frase, claro, es de Casablanca, no de la Casa Blanca.