Premio literario con toque político

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

30 nov 2016 . Actualizado a las 14:51 h.

Creo que vamos a tener hasta en la sopa los gestos hacia Cataluña y el País Vasco, debilidades de gobierno en minoría. Sin dudar ni una milésima de segundo de la categoría de la prosa del nuevo Cervantes, Eduardo Mendoza, tampoco dudo otra milésima de segundo en que se lo han dado por ser un autor catalán que escribe en castellano. Un galardón para subrayar a esos catalanes que se consideran catalanes y españoles, o sea a los catalanes de bien, según el código Méndez de Vigo. Dicen que a la final llegó Álvaro Pombo, que gran premiado hubiese sido por esa literatura tan personal de nuestro único escritor importante católico y gay. Pero ha triunfado lo políticamente correcto. Vamos a terminar asfixiados por lo políticamente correcto. Mendoza, traductor profesional, con larga trayectoria en la ONU en Nueva York, fue un revolucionario al recuperar el humor y la parodia, material tan cervantino, cuando publicó La verdad sobre el caso Savolta o La ciudad de los prodigios. Entonces la literatura española era un lodazal de realismo y tremendismo. Y Mendoza nos recordó que leer puede mover a la risa y sanar. Y que, a veces, es mejor describir desde la distancia que da el esgrima de la ironía. Sin noticias de Gurb es uno de los libros que más veces he regalado, después de La carretera de Cormac McCarthy. Es un librito que literalmente te mata de risa, con ese marciano perdido en una Barcelona surrealista, con Marta Sánchez de icono sexual. Luego a Mendoza le llegó el Planeta con Riña de gatos, donde el humor vuelve a ser emperador. Ahora que está de moda decir que la transición no sirvió para nada, se subraya a un hombre de la transición. A uno de esos catalanes españoles que sumaron para llegar hasta aquí. La transición no fue un golpe de Estado. Todo muy bonito y muy correcto, tan elegante y sutil como es el propio Mendoza. Gurb se moriría de risa.