Otra vez el tren

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

10 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenemos mala suerte últimamente los gallegos con el tren. Aún sin recuperarnos de la tragedia de Angrois ocurrida hace poco más de tres años nos enfrentamos ya a otro trágico suceso, esta vez en uno de los ferrocarriles con gran simbolismo por ser el que nos une con el norte portugués. Gallegos y portugueses nos damos una vez más la mano para afrontar una tragedia. Esta vez ferroviaria.

Porque el Tren Celta es, para gallegos y portugueses, mucho más que un simple servicio ferroviario. Es el heredero de uno antiguo que desde 1868 unía tres veces por semana Vigo con Lisboa y por cuya permanencia se ha luchado a ambos lados de la frontera y es uno de los emblemas de la colaboración galaico-lusa con esa cooperación entre Renfe y Comboios, que tanto trabajo nos cuesta trasladar a otros ámbitos de la vida diaria. Hay que ser responsables y respetuosos con las víctimas y con quienes tienen la obligación de investigar lo sucedido ayer en O Porriño. Y bien está que se nos informe de que el tren cumplía con todos los requisitos de seguridad porque acababa de superar los controles habituales. Pero aunque todo parece indicar que el accidente fue motivado por un exceso de velocidad, por causas que se desconocen; aunque la alcaldesa porriñesa denunció la «vetustez» del convoy y los pasajeros lo obsoleto de las unidades en las que viajaban, conviene aguardar a los resultados de las investigaciones que nos aclaren las causas reales del suceso que se ha llevado por delante la vida de cuatro personas.

Pero con la misma contundencia con la que lamentamos y lloramos a las víctimas debemos exigir que se aclare lo ocurrido en la mañana de ayer. Y que se aborde sin temor. Sin cometer el error de no aclararlo todo, porque, como decía doña Concepción Arenal, «el error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea». Y ejemplos recientes tenemos.