Guardiaciviles bocarriba

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

18 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cuando Calafate se inclinaba sobre el mostrador cerrando el ciclo de cada trago, los ojos se le iban a buscar el desfiladero trillado del pecho, desfiladero que en la viuda, tal vez por cálculo, dejaban libre a la mirada los guardiaciviles del pudor». En este texto (El Chiplichandle) del ya lejano 1940, Juan Antonio de Zunzunegui empleó un sustantivo, guardiacivil, que tardaría 74 años en entrar en el Diccionario, que sigue prefiriendo el sintagma guardia civil para designar a los miembros de la Guardia Civil. 

El novelista y académico vasco había adelantado en ese caso concreto un proceso por el que expresiones formadas por dos o más palabras acaban convirtiéndose en una sola por fusión de sus elementos. Esto suele comenzar por la pérdida del acento prosódico del primer término, de forma que se constituye un único grupo acentual [guardiacibíl]. El siguiente paso consiste en que la flexión de número se manifieste solo en el segundo componente: si el plural de guardia civil [guárdia cibíl] es guardias civiles, el de guardiacivil [guardiacibíl] es guardiaciviles. A partir de ahí comienza a emplearse la grafía unitaria, que unas veces acaba imponiéndose y otras no. En el caso del ejemplo al que hemos recurrido, la forma guardiacivil es muy minoritaria en el uso. No ocurrió lo mismo con guardia marina, que se convirtió hace ya muchos años en guardiamarina, forma que hoy prevalece.

La Ortografía en vigor es clara sobre este proceso: «Siempre que entre los componentes de este tipo de unidades léxicas se den las condiciones de cohesión prosódica y morfológica descritas, se recomienda emplear la grafía unitaria, aunque pueda no ser aún la más extendida en el uso». Sin embargo, en la última edición del Diccionario se observa que sus redactores han procedido con mucha cautela. Así, por ejemplo, se recogen las locuciones adjetivas sin papeles y sin techo, pero no las grafías unitarias simpapeles y sintecho, que la Ortografía ya consideraba válidas cuatro años antes y cuyo uso es creciente. Sí han entrado últimamente en el Diccionario, entre otras, altamar (había estado en el Diccionario de autoridades y después desapareció), arcoíris, bocarriba, cielorraso, medioambiente o viacrucis, aunque el DRAE todavía prefiere las expresiones pluriverbales alta mar, arco iris, boca arriba, cielo raso, medio ambiente y vía crucis. En los casos mencionados, la Ortografía es partidaria de las formas unitarias. 

Otros sintagmas pasaron ese proceso unificador mucho antes, y hoy es raro encontrar voces como aguanieve, aguardiente, bajorrelieve o tiovivo escritas en dos palabras.

Es la evolución del español.