Iglesias tenía razón: el miedo cambia de bando

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

17 jun 2016 . Actualizado a las 08:05 h.

«El miedo va a cambiar de bando». Aunque a la velocidad que van últimamente las cosas parezca algo ya muy lejano, ese es el lema bajo el que hace solo dos años se construyó la irrupción de Podemos en la escena política española. El propio Iglesias repetía insistentemente esa sentencia para motivar a los suyos. El eslogan dejaba claro que, en caso de que Podemos llegara al poder, los que no son de su «bando» tenían motivos para sentir miedo. La frase no es un hallazgo intelectual del propio Iglesias, sino el título de una canción de Los Chikos del Maíz -banda de referencia del líder de Podemos-, editada en el 2012 junto al grupo Habeas Corpus. Iglesias, que promociona a Los Chikos del Maíz en las redes sociales, es amigo íntimo de Nega, uno de sus integrantes, junto al que ha publicado un libro titulado ¡Abajo el régimen! El miedo va a cambiar de bando contiene estrofas como esta: «Nos han prohibido soñar, nos han atado a la butaca / pero el que siembra miseria recoge bombas lapa» que, ciertamente, dan algo de miedo. Pablo Iglesias, siendo ya eurodiputado, no solo no cuestionaba esa letra, sino que la convirtió en el lema no oficial de Podemos para alentar el voto a la única fuerza capaz de dar «miedo» al otro «bando».

Nega ha compuesto otros temas como Pasión de talibanes, que dice cosas como esta: «Llegó el agente secreto más buscado, el Nega / me entrenó la KGB, después lo hizo Al Qaeda» o como esta: «Nos quieren dar caza / porque suicidas descargan mi música en los campos de Gaza», e incluso esta barbaridad: «Soy un B-Boy / el comunista que sodomizó a la niña de Rajoy», que no resultan tampoco tranquilizadoras. Increíblemente, con esas letras, cualquiera puede escuchar hoy esas canciones en Spotify. El problema para Iglesias y su admirado Nega es que aquel augurio de que el miedo iba a cambiar de bando se ha hecho realidad precisamente ahora, cuando ya no se presentan como algo que debe dar miedo a nadie, sino como un coro de beatíficos querubines, serafines y tronos, que llegan aquí no para hacer la revolución, sino para dar besos, sembrar la política de corazones y ayudar a las abuelitas a cruzar la calle. Pero, aunque sea ahora a su pesar, ellos tenían razón. Los sondeos que apuntan a que Unidos Podemos podría incluso ganar las elecciones han hecho que, tal y como auguraban entonces, un sector amplio de la sociedad tenga no ya miedo, sino pánico a que España acabe gobernada por Iglesias y los suyos.

Y, por ello, en su empeño por borrar aquello del miedo y los bandos, Podemos se presenta ahora como un partido al que todos pueden votar. Ya no están en ningún bando. O, más bien, están en todos. Según nos han ido informando, son a la vez comunistas como Alberto Garzón, populistas, zapateristas, socialdemócratas, centristas, herederos de Suárez, peronistas y, según Errejón, hasta tienen un «hilo común» con el lepenismo. Lo son todo. No hay escapatoria. Todos a votar a Unidos Podemos. Y ya explicarán tras el 26J quién tiene que tener miedo.