¿Empresarios del siglo XIX?

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las declaraciones del señor Rosell, calificando el empleo estable y con derechos como un concepto del siglo XIX, son muy preocupantes porque las hace como presidente de la patronal española. Es muy preocupante que la patronal de las grandes empresas españolas tenga una concepción tan reaccionaria y vieja sobre las relaciones laborales. Porque, en realidad, el cambio tecnológico y la competitividad necesitan justo lo contrario: empleo estable y con derechos para dar solidez al proceso de modernización productiva hacia un cambio de modelo como el que España necesita.

Lo que es del siglo XIX es el trabajo sin derechos laborales ni sociales. Parece que la CEOE añora ese modelo de capitalismo del pasado -el capitalismo manchesteriano tan bien retratado por Dickens- basado en la sobreexplotación de trabajadores sin derechos como el de negociar sus salarios, sin seguro de desempleo, sin derecho a sindicarse ni a la huelga, con el despido libre y gratuito.

Lo que le sigue resultando difícil de entender a la gran patronal es que solo con empleo estable y con derechos, con salarios elevados y alta productividad, se puede sostener una estructura productiva sólida, competitiva y de futuro. Con trabajo precario y mal pagado no es posible construir empresas competitivas en la economía global. A un modelo de relaciones laborales precario le corresponde un modelo económico igualmente precario, en el que empresas poco competitivas instaladas en sectores de bajo valor añadido sobreviven solo por la sobreexplotación de sus plantillas. Un modelo que genera poca riqueza y que por lo tanto es incapaz de mantener un Estado del bienestar.

No se puede disociar el modelo laboral del empresarial ni del social: sobre trabajo barato solo hay empresas poco eficientes y escasa protección social. La productividad, la capacidad competitiva de las empresas, el avance en el I+D+i, en la economía del conocimiento, el cambio de modelo productivo hacia las actividades que generan más valor, solo se puede hacer con empleo estable y con derechos. Hay que elegir: ¿el modelo es Alemania o Marruecos?

Que no se engañe nadie. Estas declaraciones del presidente de la CEOE forman parte de la campaña electoral, como también lo es la propuesta de otra reforma laboral que acaba de presentar uno de los grandes bancos del país o la Comisión Europea exigiendo más recortes después del 26J.

Sin embargo, lo que la mayoría social del país quiere es todo lo contrario: un compromiso entre todos para combatir la precariedad laboral, la pobreza y la desigualdad, apostando por un modelo de relaciones laborales en el que el diálogo social sea el protagonista, con acuerdos que mejoran la calidad en el empleo para mejorar así la estructura económica de nuestro país y restañar los destrozos que sufrió nuestro ya débil Estado del bienestar en los años de la crisis. De eso van las próximas elecciones y es bueno que cada uno sepa cuál es su sitio.