Subordinados

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

01 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que una viñeta revolucionó las redes sociales esta semana. Era la reflexión de un hombre que se asombra, ya no de que se repitan las elecciones, sino de que repitan los candidatos. Tengo que decir, no obstante, que eso ya lo escribí yo en esta sección hace cinco semanas. Esta disolución de las cortes me trae a la memoria la intervención de Pilar Manjón ante la comisión del Congreso sobre los atentados del 11 M, en que les preguntaba de qué se reían, dejándolos paralizados de vergüenza y estupor. Estos de ahora nos han dejando un espectáculo de telebasura, con sus chismes y dimes y diretes, y ahora se van entre risas y abrazos, haciendo planes para lo que viene. Y, eso sí, se han puesto de acuerdo para seguir percibiendo sus sueldos. Esto se llama cobrar sin trabajar y es muy edificante, sobre todo en un país rico como el nuestro. Ni una palabra de disculpa. En un acto privado se preguntaba el viernes nuestro editor, Santiago Rey, ante su gente: ¿por qué te pones?, y sobre todo, ¿por qué vuelves? Eso, queridos lectores, es el quid de la cuestión. Desde que la villa de Grándola, en el Alentejo portugués, dejó claro que «o povo é quem mais ordena», nosotros les hemos dado unas instrucciones precisas a nuestros subordinados, pero ellos se han dedicado al juego de tronos y, algunos, a pedir el derecho de todos los gallegos a vacunarse contra la malaria, o algo así. Y se preparan para volver. Sin pedir perdón.