Galicia ante el cambio climático y el cambio global

Fernando González Laxe
Fernando González Laxe FIRMA INVITADA

OPINIÓN

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tomo prestado del historiador Álvarez Junco la afirmación de que Galicia posee una cierta dosis de falta de estima. Sin rechazar del todo dicho aserto, ni tampoco de asumirlo completamente, creo que habrá algo de verdad en dicha oración. Algunos galleguistas de mediados del siglo pasado hablaban de la fustración social prematura; y, otros, advertían que éramos un país en constante movilización dadas las presiones ajenas sobre nosotros y nuestra realidad.

Por eso, cuando nos proponemos cavilar sobre el futuro somos capaces de detenernos en los más pequeños detalles, como si quisiéramos analizar, polo miudo, la mayor parte de las condiciones a venir. Sin embargo, en numerosas ocasiones los análisis efectuados no llegaron a ser tenidos en consideración; debido a que las fuerzas del rechazo y negativas son más fuertes que las fuerzas de la aceptación y del compromiso.

En Galicia son varios los trabajos de prospectiva. Podemos recordar, allá por los años ochenta del pasado siglo, como diversos especialistas abordaron los análisis prospectivos, como fórmula de previsión de escenarios y como camino para la preparación de respuestas inmediatas y materiales ante los nuevos desafíos.

La Fundación Barrié empezó ese camino con análisis sectoriales (agricultura, pesca, sectores de transformación), luego de la adhesión española a las Comunidades Europeas. Prosiguió la Universidad de Santiago, en 1978, con un trabajo conjunto titulado ?Galicia-2002: a través da imaxinación creadora?. Más tarde, se divulga un estudio llevado a cabo por la editorial Ir Indo (fechado en 2000) cuyo titulo era Galicia-2020. Y posteriormente, José María Gómez y Díaz-Castroviejo coordina en 2001, un nuevo análisis, titulado Galicia-2010.

Complementariamente a esta dinámica, la Xunta de Galicia encarga diferentes Planes de Desarrollo Regional con horizontes determinados en función de los programas europeos. Y, de manera suplementaria, se contratan dos Libros Blancos sobre las bases de la estrategia de política exterior. El primero, fue coordinado por Xulio Ríos (IGADI) con el título Libro Branco da Acción Exterior de Galicia (2004); y el segundo por el que suscribe, bajo el título de Estratexia da Acción Exterior de Galicia: 100 reflexións (2007). La mayor parte de dichos análisis llenan, en la actualidad, los estantes de las bibliotecas privadas de los co-autores de las respectivas investigaciones; al haber sido abandonados o no ser tenidos en consideración por los actuales decisores públicos.

Pasa lo mismo con los estudios, análisis y previsiones relacionadas con el cambio climático. Nadie, en su sano juicio, pone en duda los efectos directos e inmediatos derivados de dichas alteraciones, la mayor parte de las mismas ya estimadas y contrastadas. No resulta difícil deducir que se está produciendo un aumento de la temperatura, una elevación del nivel del mar, una modificación de los vientos, de los oleajes, cada vez son mayores los efectos sobre las playas y las zonas costeras, etc. Sin embargo, la consellería del ramo no se da por enterada, ni se enfrenta a ello; por que si lo hiciera, pondría en entredicho todo lo llevado a cabo hasta el momento por los mismos responsables.

Pues bien, si apenas nos movemos por lo inmediato; ni tampoco lo hacemos por defender nuestro posicionamiento externo; ni se tienen en cuenta las opiniones contrastadas de los expertos sobre los escenarios de futuro, ¿qué es lo que nos sucede? Unos pueden decir que aceptamos el conformismo. Yo soy de la opinión contraria. Es decir, pertenezco a esa generación capaz de afrontar los desafíos de los retos más difíciles y complejos. Además, ahora, contamos con un plantel de muy buenos especialistas en todos los ámbitos de la ciencia. En suma, hoy somos quién de abordar ese cambio global tan necesario para no perder el ritmo de la historia. Quizás, sea la hora de ponerse en marcha; y no esperar a que nos devore el cambio global.

Pilar Canicoba