Contra Panamá, Valladolid

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

17 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Les voy a contar un cuento. Dentro de un rato o tal vez ya, mientras usted lee esto, en Valladolid está ocurriendo un milagro. Se está jugando la final de la Copa del Rey de rugbi entre los dos equipos de la ciudad, el VRAC Quesos Entrepinares, conocido por el Quesos, y El Salvador. La final, claro está, se juega todos los años. En realidad y sin que usted lo sepa, en España, en Galicia, se juega al rugbi desde hace mucho tiempo. Hay grandes equipos en Lugo, en As Pontes, en A Coruña, en Vigo, en Vilagarcía, en A Estrada, etcétera, etcétera. Lo singular del partido de hoy es que se juega en un estadio de fútbol con capacidad para más de veinticinco mil personas, que todas las entradas están vendidas y que su copa la va a entregar el rey. Han tenido que pasar casi cien años, desde que Alfonso XIII asistiera al que inauguraba la exposición Internacional de Barcelona en 1929, para que un rey viera una melé en vivo. Y lo fascinante del asunto es que al público nuevo se le está explicando con unos folletos que en el rugbi no se pita al pateador del equipo contrario, no se insulta ni se le grita al árbitro, se anima y se aplaude el buen juego de los dos equipos y... se puede beber cerveza. En definitiva, que el rugbi es un juego entre amigos. O dicho de otra manera, que el rugbi es una fiesta noble y civilizada. Yo recuerdo los partidos del Cinco Naciones que veía en una televisión en blanco y negro hace más de cuarenta años. Y por eso, ante el partido de hoy me recorre un hormigueo. Tal vez no todo está perdido.