Días de ruido y furia

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

20 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Este país se ha convertido en un obsceno y ruidoso patio de vecinos. El exceso sentimental de los que llaman a la radio para pedir una canción y explican muy emocionados lo que quieren a sus padres, a sus hijos, a su cónyuge, para acabar ahogándose en un mar de lágrimas; el patriotismo o el fervor con que proclaman los cofrades de Semana Santa, los pirómanos de las fallas o los infantilizados guerrilleros de la tomatina que aquello es lo más grande. Los jóvenes rebosantes de hormonas que viven dentro de la televisión y que aman y odian ante las cámaras, los cantantes que con diez o doce años andan persiguiendo «su sueño», en vez de andar estudiando Matemáticas o jugando al balón. Y sobre todo los psicólogos de medio pelo que te aconsejan que luches por tu sueño, que seas tú mismo, que no reprimas tus sentimientos.

Pero nadie dice a nadie las verdades. Nadie te dice que te calles. Que leas un libro, que escuches el Requiem de Mozart, que pienses en la muerte o en la navegación aérea. Que reconstruyas las últimas horas de Antonio Machado en Colliure -«estos días azules y este sol de la infancia»-. Porque un país que busca dejar atrás la España de charanga y pandereta, que quiere ocupar su lugar en las sociedades modernas -junto a los nórdicos, que se callan sus amores y contienen su lágrimas, que visitan con sus hijos las bibliotecas municipales y escuchan el Peer Gynt- debe comenzar por callarse. Por eso en el exlibris de Cela se puede leer: «Un libro y toda la soledad».