El lobby a favor de la eutanasia

OPINIÓN

26 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado jueves se debatió en la Asamblea de Madrid una moción presentada por Podemos con el objetivo principal de instar al Gobierno de esa comunidad a que proponga al de la nación la despenalización de la eutanasia y el suicidio médicamente asistido. Pretende también que el Gobierno de la Comunidad de Madrid programe una formación continuada específica sobre la muerte digna y la enfermedad terminal y que se cree un Observatorio del Derecho a una Muerte Digna. La exposición de motivos con la que este grupo parlamentario justifica sus peticiones es simplista, mezcla churras con merinas y puede calificarse de torticera: para comprobarlo, pueden leerla en el Boletín Oficial de la Asamblea de Madrid del 17 de diciembre.

Mientras tanto, el Parlamento Europeo acaba de negar por una amplísima mayoría respaldar una declaración a favor de la eutanasia. Efectivamente, después de los tres meses de espera que marca el reglamento, solo 95 diputados del total de 751 europarlamentarios accedieron a respaldar con su firma el texto presentado para su tramitación, entre otros, por los socialistas españoles Inmaculada Rodríguez-Piñero, Elena Valenciano y José Blanco. La declaración promovía que, independientemente de su nacionalidad, todos los ciudadanos europeos que se encuentren en una fase avanzada o terminal de una enfermedad incurable que les cause sufrimiento físico o psíquico que no pueda aliviarse, deberían poder obtener ayuda médica para terminar su vida con dignidad.

Está claro que el lobby a favor de la eutanasia está reiniciando una labor política activa, nunca interrumpida. Pero la deliberación prudencial que propugnamos quienes nos dedicamos al noble arte de la bioética obliga a no ser falaces ni oportunistas en la argumentación, teniendo presente siempre que la buena ética comienza con buenos datos y que los cursos de acción intermedios suelen ser mejores que los extremos. En España y en Europa la prioridad sigue siendo potenciar los cuidados. Todo lo demás hacer un flaco servicio a los más frágiles y vulnerables en el tramo final de su existencia.