Ya vienen los reyes machos

OPINIÓN

30 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El nieto de unos amigos tiene la curiosa costumbre de echarse las manos a la cabeza cuando ocurre algo inusual. La aparición repentina de un perro, la caída de un vaso o cualquier otro pequeño suceso, hace que el pequeño, que aún no habla, sitúe las manos en la cabeza a la vez que exclama con entonación «ay, ay, ay». Pues bien, por extraño que les parezca, últimamente me ocurre algo parecido cada vez que leo o escucho las noticias, lo que me lleva a la conclusión de que en este país no caben más tontos. Trataré de explicarme.

En los últimos días, ha surgido un apasionado debate nacional en torno a la presencia de una reina maga en algunas cabalgatas de los Reyes Magos. No está claro todavía si se trata de una mujer disfrazada de rey o de que los magos serán dos hombres y una mujer, pero lo que sí parece definitivo es que las actuales cabalgatas son machistas y algunas ciudades y barrios reivindican la presencia de las mujeres en la cabalgata.

Por supuesto, ya han surgido teóricos que defienden la postura de los Reyes Mixtos porque en la Biblia no se especifica el sexo y además «el sínodo anglicano ha reconocido que la palabra magi, que hace alusión en griego a los Reyes Magos, no excluye la posibilidad de que hubiera una o varias mujeres»; por si esto fuera poco, tampoco está claro que fueran tres. En fin, me sorprende que el sínodo no se haya pronunciado sobre si eran camellos o camellas.

Tengo que reconocer que desde que Baltasar comenzó a ser suplantado por un blanco pintado de negro las cabalgatas dejaron de interesarme, pero a mí está polémica me parece un sinsentido. En primer lugar, porque si lo que se pretende es reivindicar el papel de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad se me ocurren vías mucho más sensatas y, en segundo, porque nadie nos aclara si la reina será Melchora, Gaspara o Baltasara.

Podría seguir poniendo ejemplos, pero no quiero abrumarlos. Mi opinión es que nos invade una ola de estupidez, que comenzó con las primeras comuniones civiles, y que no sé hasta dónde puede llegar, aunque me temo que a alguien se le ocurrirá cambiar la letra de los villancicos: «San José era lavandero, lavandero, ay, y la Virgen carpintera, carpintera, ay».

Verán. La Navidad es una fiesta, y una tradición, de especial relevancia para los niños y no creo que la presencia de tres reyes machos condicione en absoluto su conducta futura. Lo que sí les puedo asegurar es que cuando los pequeños sean conscientes de en qué perdemos el tiempo en este país se echarán las manos a la cabeza y, como el nieto de mis amigos, exclamarán «ay, ay, ay».

Por mi parte, como no podía ser de otra manera, les deseo a los lectores unas felices fiestas y espero que los reyes y las reinas, magos y magas, les traigan muchos regalos.