El retorno a la paz

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

30 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Año y medio después de la sangrienta irrupción del Estado Islámico en el tercio noroccidental de Irak y de su asentamiento en el tercio oriental de Siria, afrontamos el inicio del 2016 con ciertos atisbos de esperanza. Ramadi ha sido liberada por las tropas iraquíes, según ha manifestado el primer ministro, Haidar al Abadi. Pero esta optimista afirmación debe ser matizada. Por una parte, todavía hay bolsas de resistencia en la localidad y es preciso, además, limpiar el terreno de todas las trampas que los terroristas han ido dejando. Por no mencionar que ya no queda casi nada en pie en Ramadi y que hay que reconstruir la localidad. Una reconstrucción que se plantea tan urgente como la restitución de la población suní a un nivel de dignidad que le disuada de seguir cooperando con el EI. Porque no hay que olvidar que fue la venganza de la mayoría chií tras su acceso al poder en Irak lo que provocó que los militares defenestrados tras la invasión del 2003, las tribus privadas de empleo público y, en general, todos los suníes agraviados se unieran al movimiento terrorista del Estado Islámico.

Tampoco hay que olvidar que la segunda ciudad más importante del país, Mosul, sigue en manos del EI y que solo la defensa de las tropas kurdas peshmergas ha impedido su avance. Queda mucho por hacer en el terreno militar, tanto en Irak como en Siria, pero más aún en el humano. Si el 2015 ha sido el año del refugiado, esperemos que el 2016 lo sea del retornado a su tierra y a la paz.