Cataluña, brumosa y borrascosa demencia

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

09 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

He vuelto a leer estos días El Horla, un magnífico cuento de Guy de Maupassant. El autor se introduce en la mente de un personaje que se siente invadido por un ser de otro mundo que se alimenta de su sangre y poco a poco va conquistando su espacio, vida y quehaceres. Utiliza la técnica del diario para narrar todo lo que acontece. Y día a día, también, algunos vamos sintiendo cómo la perversión sentimental de los independentistas catalanes está vadeando el cauce lluvioso del otoño. Han llegado al paroxismo de todo absolutista: creerse en posesión de la verdad absoluta. Poco les importa la democracia, que ha dictado clara sentencia en las recientes elecciones catalanas: la sociedad está dividida entre unos y otros. Poco les importan el resto de los españoles, que durante años hemos contribuído a pagar sus infraestructuras, sus Olimpíadas y su repugnante tres por ciento. Han iniciado el proceso (novela de Kafka) y lapidan constantemente las baldosas del Estado. Nunca una cita de un cuento se corresponde tanto con la realidad de los secesionistas: «Hablaban de todo con claridad, facilidad y profundidad, pero de pronto su pensamiento chocaba contra el escollo de la locura y se hacía pedazos, volaba en fragmentos y se hundía en ese océano siniestro y furioso, lleno de olas fragorosas, brumosas y borrascosas que se llama demencia». Qué bien escribía Guy de Maupassant. En Cataluña debían leerlo.