El director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, de visita en Galicia, declaró no ser cierto que el problema de la economía española sea la desigualdad. Aunque, según un estudio europeo difundido en octubre, casi el treinta por ciento de los españoles están en riesgo de pobreza y, según informaba este diario, en Vigo los bancos de alimentos están al límite: hay más pobres que nunca.
Al mismo tiempo, los salarios de los directivos de las empresas del IBEX aumentan mucho más que los de los empleados, son casi 160 veces mayores. Iberdrola gana hasta septiembre un 8% más, Caixabank un 57 % más, y el Santander un 17 % más. A estos resultados no es ajeno que la banca ingrese más de seis mil millones por las cláusulas suelo de las hipotecas, cláusulas que son determinantes para los desahucios. Unos ingresos que, según un informe de la Comisión Europea, las entidades deberían devolver a sus clientes.
En el otro lado de la carretera, en la cuneta, los datos de parados y de registrados de septiembre son peores que los del pasado año. Se comprueba que el paro solo cayó en esta legislatura por emigración y desánimo; así en Galicia este año la emigración supera a la registrada el anterior en un 20 %.
Como la cobertura a los parados es menor a la de hace un año, la urgencia de dinero, informaba este diario, hace caer a miles de gallegos en manos de prestamistas piraña. No extraña que el Parlamento Europeo pida a España que reduzca el intolerable número de desahucios que, según el Consejo General del Poder Judicial, sigue en los mismos niveles del pasado año (cerca de diecinueve mil). Tampoco que el Tribunal de Justicia de la UE considere que el mecanismo para las ejecuciones hipotecarias supone un grave riesgo para los ciudadanos.
Desde la cuneta se ve muy a lo lejos cómo el campeón Rodrigo Rato ingresó ochocientos mil euros por mediaciones de publicidad para Bankia, y cómo se autoconcedió una subvención de un millón de euros siendo ministro. También cómo el Gobierno concede nuevos canales de televisión al Real Madrid, a la Iglesia y a grandes grupos del sector (Atresmedia y Mediaset).
Cómo Telefónica ficha como consejera a la expresidenta del Gobierno de Navarra, mientras la CNMC multa a esa empresa con cinco millones por prácticas contrarias a la competencia (su máximo responsable es el ejecutivo mejor pagado del IBEX). O cómo el Gobierno apoya las cláusulas suelo que utilizan los bancos.
Ajenos a este panorama, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional avisan al próximo Gobierno de España de que la austeridad está en peligro, que la terapia debe seguir, que habrá que reajustar el presupuesto electoralista que avanzó el Gobierno en funciones. Habrá que hacerlo por el lado de los gastos, porque la CEOE reclama menos impuestos al próximo Gobierno.
Continuará así imparable el éxito de la terapia, pese a que la deuda pública sigue incrementándose por encima del billón de euros o que la legislatura se cierra con menos empleo (sobre todo a tiempo completo) del que existía en España cuando se inició. Perseverancia.