Nieve escarlata

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

06 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Con El laberinto del fauno nos sorprendió. Con las de Hellboy nos entretuvo. Pero con La cumbre escarlata ha hecho un peliculón. Guillermo del Toro es todo un personaje. Un director que tiene un estilo muy peculiar. Y su último filme ha logrado modernizar las historias de terror góticas y decimonónicas con una estética del siglo XXI. Un híbrido que no deja indiferente. La cumbre escarlata podría ser una novela de Poe, pero es una historia de miedo moderno ambientada en el pasado. Ayudan los tres protagonistas que están caracterizados con unos rostros imposibles de olvidar. Hay dos continentes: Estados Unidos e Inglaterra, el nuevo mundo y el viejo mundo. Dos hermanos, chico y chica, aliados para cazar fortunas, seducen a una chica para llevársela a su decadente mansión inglesa. Necesitan el dinero de la chica. La chica es Mia Wasikoswka y está perfecta en su papel de enamorada y escritora aficionada a las historias de fantasmas. Una palidez que brilla en la pantalla. Los hermanos son Tom Hiddleston y Jessica Chastain. Los dos dan la réplica a Mia a la altura de esa cumbre escarlata que, para ella, será su nuevo hogar. Pero el otro personaje alucinante de la película, en la línea del mejor Del Toro, es el decorado de la mansión y dónde está ubicada: sobre las tierras escarlatas de una mina. Un escarlata que tiñe en invierno hasta a la nieve que cae. Como si todo fuese una ciénaga de sangre. No les desvelo más. Pero da gusto descubrir que las historias más clásicas pueden ser revisitadas cuando el talento es lo que se aplica a los monstruos.