Loco calendario

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

19 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuentan los profesores que en algún momento, además de la labor lectiva, han desempeñado funciones de gestión de sus centros escolares que uno de los momentos más estresantes del curso es justo antes de que comiencen las clases. Cuando tienen que cuadrar, contrarreloj, grupos de alumnos, y horarios de profesores casi simultáneamente con los exámenes de septiembre. Y si a eso se le añade, como este año, la entrada en vigor de un cambio legislativo -nada infrecuente en este país- la carrera de obstáculos resulta casi imposible.

Las consecuencias para los profesores no son buenas, sin duda, ni para el funcionamiento de los centros. Pero lo peor es cuando los damnificados son los alumnos. Y hay un caso en el que claramente son víctimas de unos calendarios desajustados. Los chavales que están haciendo ahora la prueba de acceso a la universidad son sometidos a una doble selectividad: la del propio examen y la de subirse al tren en marcha y con muchos vagones llenos.

La entrada en vigor del plan Bolonia supuso el adelanto del comienzo de las clases en los centros universitarios. Mucho más razonable que aquello de prolongar las vacaciones de forma tácita hasta después del Pilar. Pero lo que no se ha hecho es ajustar las fechas de la segunda convocatoria de la selectividad a ese nuevo calendario universitario. ¿Por qué? Porque como agosto sigue siendo inhábil, los exámenes de recuperación en los institutos se hacen en la primera semana de este mes y se ve que entre corrección, reclamaciones y logística no hay margen de maniobra. La consecuencia es que muchos que aprueben ahora van a tener una pocas horas para decidir su futuro inmediato.