Turistas confundidos con yihadistas

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

17 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacer turismo es cada vez más una actividad de riesgo. El mundo nunca ha sido seguro pero, a la vista del aumento de los conflictos, cada vez lo es menos, ello por no mencionar el sinfín de contratiempos que uno se arriesga a afrontar en el momento que pone un pie fuera de casa con la intención de vivir una aventura.

Una aventura que puede acabar fatal, como lo ha hecho para el grupo de turistas mexicanos atacados por el Ejército cuando recorrían la ruta de los oasis en el oeste de Egipto. La primera versión alude a que fueron confundidos con terroristas yihadistas, ya que viajaban por una zona con acceso restringido y sin los permisos necesarios, algo que la empresa organizadora niega. El resultado del ataque militar por aire y por tierra ha sido de 7 turistas y 5 guías fallecidos, además de varios heridos. Ironías del destino que, siendo México un país con uno de los índices más elevados de inseguridad y violencia, estos ciudadanos hayan perdido la vida a miles de kilómetros.

Obviamente, se exigirán responsabilidades, pero lo cierto es que este incidente en nada beneficiará a Egipto, un país en bancarrota que necesita de manera desesperada reactivar su primera fuente de ingresos: el turismo. Azotado por la inestabilidad política tras el golpe de Estado que expulsó a los Hermanos Musulmanes y la reciente dimisión en bloque del Gobierno, como consecuencia de las graves acusaciones de corrupción al ministro de Agricultura, este terrible error provocado por el exceso de celo en la lucha contra los yihadistas es lo último que necesita Egipto para salir de su grave crisis.