Cuba, cada vez más lejos

María Xosé Porteiro
María Xosé Porteiro HABITACIÓN PROPIA

OPINIÓN

24 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La apertura de las respectivas embajadas de Estados Unidos y Cuba, tras 53 años de ruptura de relaciones por el bloqueo norteamericano a la isla, es el colofón de un hecho singular que se resume en la petición de perdón por los errores del pasado y porque «el embargo comercial no ha servido para nada» hecha por Obama en la Cumbre de las Américas. Antes que él, excepto Carter, otros diez presidentes se disputaron el podio al más intransigente con la exclusión de Cuba y su ubicación en el «eje del mal». Obama, presidente saliente, consideró que con esta decisión se ponía el verdadero punto final a la Guerra Fría, pero, en realidad, lo de EE.UU. con Cuba no fue tal, salvo el suceso de los misiles en la era Kennedy/Kruschev. Ya entonces, en la Casa Blanca se podía brindar con vodka pero se olfateaba la pronta escasez de buenos habanos. A Cuba se le aplicó un corralito masivo por haberse atrevido a cerrar el casino, prostíbulo incluido, del patio trasero yanqui.

Ambas decisiones, la del bloqueo y la de su retirada, tienen un recorrido histórico más largo que el último medio siglo de desencuentro. «Hay que tener mucho cuidado con los americanos del Norte -comentó un ministro de Estado chileno tras la aprobación de la doctrina Monroe en 1823- porque piensan que los únicos americanos son ellos mismos». Ahí está la convicción de que América (toda) «es» para los americanos (del Norte), que les permite intervenir, incluso militarmente, ante lo que consideren un acto de agresión militar o económica contrario a sus intereses.

España ni está ni se la espera en este nuevo escenario. Que se sepa, Mariano Rajoy no tiene previsto visitar la isla ni celebrar encuentros bilaterales con Estados Unidos. Este presidente adolece de cultura diplomática y visión estratégica y todo aquello que no salga en la portada del Marca carece de interés. Se diluye la posibilidad de recuperar el papel activo que hemos tenido a lo largo de las más de cinco décadas de revolución en las que nuestro país sorteó aquel bloqueo. De su profundo sopor se beneficiarán presidentes y empresarios de EE.UU., Canadá, Francia, China, Alemania? mientras aquí seguimos distraídos con nuestra propia crisis.

Tenemos una obligación histórica para con la perla del Caribe y también una merecida oportunidad que se difumina por momentos. Allí somos bien recibidos. Formamos parte del paisaje y del paisanaje desde el Malecón y los patios interiores de La Habana hasta los rincones más recónditos de la isla.