«Tuiterías» e imputaciones

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

26 jun 2015 . Actualizado a las 10:22 h.

Se llama Guillermo Zapata. Fue elegido concejal por Madrid el 24M. Iba a encargarse del departamento de Cultura en el Gobierno de Manuela Carmena. Pero tuvo que renunciar apenas dos días después de tomar posesión, víctima de un escándalo político causado por unos mensajes publicados en Twitter.

«Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos», escribió en el año 2011 el edil en la popular red social. El chiste, así lo califica la propia víctima de ETA, tenía muy poca gracia. Pero ha tenido y tendrá graves consecuencias.

Zapata tendrá que hacer el paseíllo de los imputados ante la Audiencia Nacional el 7 de julio por un supuesto delito de «humillación de las víctimas del terrorismo». Ahí es nada.

Cuando dijo esas barbaridades, aquellas «tuiterías», no estaba en un bar, sino emitiendo un mensaje en Internet. Y cualquier usuario es prisionero de su huella digital. Sobre todo si tiene afición a publicar mensajes bestias. Y mucho más aún si encima tiene proyección pública. En ese caso puede estar seguro de que sus rivales van a escrutar un historial que necesita estar limpio, impoluto e inmaculado. El revanchismo y la tensión extrema que surgieron de la última cita con las urnas han venido para quedarse. En la política española ya no hay tregua. Y no habrá clemencia.