La caja negra

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La caja negra es de color naranja. Nada en la vida es lo que parece. Ni las cajas negras. Somos mucho más como una novela de James Ellroy, ese perro rabioso que escribe de las bajas pasiones humanas, de lo que creemos. El cerebro es nuestra caja negra. Registra tantos datos que muchos ni los conocemos. Ni nosotros mismos sabemos bien cómo somos. Hemos vivido semanas horrorizados con el copiloto de los Alpes. Muchas veces el dibujo que hacemos de nosotros no es más que un boceto pintado por el niño que fuimos, reflejado en lo que decimos que somos y que muchas veces nos creemos. Pero cualquier biografía son también sus circunstancias. Esos dados que saltan sobre el tapete del destino. Y ninguno de nosotros somos lo mismo si tenemos una vida normal o si, de repente, tenemos que enfrentarnos a situaciones extraordinarias. Somos sobre todo nuestra salud. La salud física y la mental. En la cabeza, en esa caja negra, muchas veces tenemos un cable de alta tensión a punto de estallar y no queremos verlo. No queremos ni hablar de esa situación al límite. Tiramos para adelante. Y lo único que hacemos es recalentar más la cabeza hasta encontrarnos al límite del límite. La caja negra de nuestro cerebro, de cualquier cerebro, necesita cuidados. Y, cuando no va bien, atención muy cuidadosa de profesionales. Ellos son los que saben. Hay que saber parar. Hay que saber mimarse. Los cuidados que no te des tú mismo no te los va a dar nadie. Una línea roja para la salud mental es el sueño. Sin dormir, no somos nada. Y no hay nada más humano que pedir ayuda. Que tender la mano para ayudar o para que te ayuden. No lo olviden.