Marruecos, el Sáhara y el complejo colonial

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

17 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

N os guste o no, en el subconsciente colectivo siguen anidando algunos prejuicios, que suelen trasladarse a nuestra percepción incluso de las relaciones internacionales. Así, los países del Magreb y Oriente Medio siguen viendo a los europeos como los colonizadores que explotaron sus recursos y les privaron de sus referentes culturales e ideológicos tradicionales. Los europeos continuamos percibiendo a los magrebíes y orientales como atrasados, pobres y poco cultos. En el caso de las relaciones hispanomarroquíes las susceptibilidades se entretejen con una multitud de intereses de diversa índole, que han acabado por atrapar nuestros principios éticos y morales, nuestro deber de protección de los derechos humanos y la justicia en la trama del mantenimiento, a toda costa, de buenas relaciones con nuestro vecino del otro lado de Gibraltar.

Así, con la excusa de la cooperación para contener a los emigrantes ilegales, la persecución de los terroristas yihadistas, lograr acuerdos ventajosos para la pesca o mantener los negocios españoles en Marruecos, durante décadas nos hemos hecho los sordos y los ciegos ante la flagrante violación de los derechos humanos en el Sáhara, de la ocupación ilegal de este territorio por Marruecos, de las mafias que trafican con drogas y personas, etcétera. Pero, tras la muerte de los dos espeleólogos españoles por el rechazo orgulloso de la Gendarmería marroquí a aceptar la ayuda española y el encausamiento de 11 militares marroquíes, empieza a estar claro el precio que estamos pagando por nuestro complejo colonial.