Hace algunos días que conmemoramos el quinto aniversario de la muerte de Miguel Delibes. Una docena de años han transcurrido desde el fallecimiento del premio nobel Camilo José Cela, dieciséis años han pasado desde el óbito de Gonzalo Torrente Ballester, y todavía no hace un año que murió Gabriel García Márquez.
Renovaron el idioma y crearon nuevos mundos construidos con palabras que apuntalaron las historias que nos hicieron soñar y nos reconciliaron con la gran literatura escrita en español.
Muchos de sus textos están hoy descatalogados, obras cimeras, libros básicos de la historia contemporánea de nuestras letras que han comenzado a caminar por la injusta senda del olvido. España es un país de inmediateces, desmemoriado, amnésico y cainita. Un país que expulsa a sus grandes autores de los currículos de textos recomendados en el aprendizaje escolar. Una tierra llena de olvidos nacidos de una memoria tan frágil como efímera.
Una nación es grande por el aprecio a sus creadores, a los maestros de la gran literatura, a sus cineastas, músicos y pintores, a la tropa que hizo de la cultura el sostén de un discurso propio que hizo más felices a sus ciudadanos.
Y hoy, en este largo, infinito año electoral, plagado de todo tipo de comicios que van desde los municipales y autonómicos a las elecciones generales con una secuencia más o menos bimensual, la gaya tropa cultural, los abajo firmantes, los denominados como insulto colectivo titiriteros, la banda zapateril de la ceja, defensores de causas perdidas, apoyo orgánico e intelectual de todos los olvidos, están pasando a la acción y al compromiso e integrándose en esa larga lista plural de las candidaturas partidistas.
Ángeles Caso es la candidata número uno por una formación que apoya Podemos para la alcaldía de Oviedo. Mi sucesor en el premio Azorín, Fernando Delgado, es el número dos en la lista autonómica del Partido Socialista para gestionar la Comunidad Valenciana. La ganadora del premio Nadal en la convocatoria del 2014, Carmen Amoraga, ocupa el tercer lugar en la misma lista, y ese excelente poeta que es Luis García Montero concurre en el primer puesto de la candidatura de Izquierda Unida a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
No son los únicos, son solo los primeros en dar el paso, en llevar su voz a los concejos y a los Parlamentos, en poner el acento cultural en este desorden de burocracias complejas, de corrupción oportunista, de decretos obtusos siempre de espaldas al mundo de la cultura y de la regeneración democrática.
El compromiso intelectual, la apuesta por la ciudadanía, la lectura democrática nos compromete a todos y es una ventana abierta de par en par a ese aire fresco que aguardamos.
La memoria de las letras escritas, de la memoria contada, de las historias que han crecido con nosotros, son nuestro arraigo, nuestro único e imperecedero capital.