¿Para qué pidió ser habilitado Maduro?

Julio Á. Fariñas GUARIMBAS

OPINIÓN

13 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado lunes el presidente Obama emitía una orden ejecutiva en la que declaraba una emergencia nacional con respecto a «la amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU. representada por la situación de Venezuela». Lo que no había logrado Chávez en 14 años de insultos, cada cual más grueso que el anterior, lo logró el gran Nicolás en menos de dos.

A Maduro le faltó tiempo para pedir a la Asamblea Nacional poderes especiales, para que su Gobierno pueda «disponer de los instrumentos legales necesarios para la defensa de la paz e integridad del país».

Un presidente que en menos de dos años ha demostrado su incapacidad para gestionar un país y sus dotes para sumirlo en la ruina -a la vista están los resultados- lo único que busca con este artificio legal es legitimar la creciente represión que ya está ejerciendo contra una oposición que tiene todos los visos de alzarse con una mayoría clara en las urnas en las próximas elecciones parlamentarias, si al final no le queda más remedio que celebrarlas, para no pasar a engrosar oficialmente la nómina de los Tirano Banderas del continente.

¿Para qué quiere en realidad esos poderes especiales? El propio Maduro aclaró que para hacer frente a «quinta columnas» que se dedican a propiciar las circunstancias que justifiquen una agresión a Venezuela. «Hay venezolanos que tuitean todos los días y a todas horas pidiendo una agresión, pidiendo el bloqueo sobre Venezuela», dijo.

El nerviosismo de Maduro y los suyos no es gratuito. Aunque la declaración de emergencia de Obama precisa que -de momento- solo impide la entrada de siete altos funcionarios venezolanos (claramente implicados en la represión de opositores y estudiantes venezolanos, sin el más elemental respeto a los derechos humanos, con un balance hasta la fecha de 38 muertos y más de 850 heridos) y congela los bienes que puedan tener en el país, hay indicios que apuntan que la cosa no se queda ahí. Esa pudiera ser solo una excelente coartada para un ajuste de cuentas, algunas recientes y otras no tanto. Tiempo al tiempo.