Banderías librescas

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

11 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La tinta mancha. Y nada como el arte abona el terreno de envidia. Casi coincide la publicación de dos libros que hacen memoria. Uno es el polémico El cura y los mandarines, que escribió Gregorio Morán. Estamos ante un texto oceánico. Un libro que tira de hemerotecas y de la particular memoria de Morán para contar cómo fue el mundo de las letras en España durante el franquismo y el posterior hojaldre de la transición. Morán mete el dedo en muchas heridas y señala otras. Salva pocos muebles. Más bien no deja títere con cabeza. Y es que la cultura tiene mucho de títere. Está claro que en las letras hay banderías, como en casi todas las profesiones. Solo que las luchas entre autores a veces son especialmente cruentas. Del muñidor de casi todo, Camilo José Cela, a Juan Goytisolo. Morán no juega a los bolos con Juan Goytisolo, por ejemplo. Pero el otro libro que casi coincide con él, la biografía sobre Juan Marsé, hace justo lo contrario. En el trabajo de Cuenca sobre Marsé se cuenta cómo Juan Goytisolo lo odió siempre (odio devuelto por Marsé) por llevarse Juan Marsé un premio que Juan Goytisolo desde el jurado le quería dar a Manuel Puig. ¿Qué están más envenenados, los premios literarios o los autores? No lo sabrían responder ni Shakespeare ni Cervantes. La lectura de estos dos libros muestra y demuestra que la verdad tiende siempre al color de quien la cuenta. Y, a veces, hay tantas verdades como versiones. La vanidad es un charco pequeño. Y en los charcos pequeños el agua tiene a pudrirse.