Peleas sobre candidatos y cero debate de ideas

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

10 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido». La célebre frase del siete veces primer ministro de Italia Giulio Andreotti, Il Divino, resume mejor que cualquier otra el dantesco espectáculo al que estamos asistiendo en la designación de candidatos para las elecciones municipales y autonómicas. En un momento en el que España necesita más que nunca que políticos y partidos den la talla y estén a la altura de las dramáticas circunstancias económicas y sociales que atraviesa el país, ofrecen la versión más rastrera de la política. Peleas y pendencias, para poner a uno en la lista y quitar a otro, en las que vale todo y en las que no cuentan para nada las ideas o las necesidades de los ciudadanos. Quedan apenas dos meses y medio para las elecciones y aquí solo se habla de candidatos, pero ni una palabra sobre programas, ni un solo debate interno de fondo para articular propuestas y proyectos que sirvan para sacar a España de la crisis política, económica y moral que está atravesando.

Nadie nos explica, por ejemplo, en qué se diferencian las políticas que llevaría a cabo Ángel Gabilondo respecto a las que habría implantado Tomás Gómez. La única justificación oficial para ese cambio de cromos es la de que Gómez no salía bien parado en las encuestas y el ex ministro de Educación tiene una excelente imagen. Nada acerca de sus proyectos políticos ni sobre qué ofrece Gabilondo a los madrileños que no ofreciera Gómez, más allá de la garantía de que es una persona honrada. A qué extremos habremos llegado para que eso sea un aval suficiente y no una exigencia ineludible.

Todavía más impresentable es lo que sucede en el PP de Madrid, donde las candidaturas a la alcaldía y la comunidad se utilizan como moneda de cambio para resolver batallas internas. Génova nombra a Aguirre y Cifuentes porque dan mejor en los sondeos, pero aprovecha el viaje para tratar de controlar la organización regional. No dice nada, eso sí, acerca de los proyectos políticos de ambas candidatas. Sobre si son los mismos, parecidos o antitéticos. Eso es lo de menos.

No sabemos cuál es el proyecto político de Luis García Montero ni sus méritos para ser candidato de IU a la Comunidad de Madrid, más allá de ser poeta. No se nos explica qué diferencia hay entre su programa y el que iba aplicar Tania Sánchez. Y tampoco esta última razona por qué sus ideas, que ayer valían para ser candidata de IU, se ponen ahora al servicio de Podemos.

Esta forma de entender la política de forma personalista, sin dar importancia alguna a las ideas y los programas, supone un grave insulto a ciudadanos y votantes. Y más, si se tiene en cuenta que en España no se elige en los comicios a alcaldes ni a presidentes de comunidad, sino a listas de concejales y diputados que luego sitúan en el cargo a quien consideran oportuno. El espectáculo es tan zafio, que hay que dar de nuevo la razón a Il Divino cuando dictó sentencia sobre la política española. Manca finezza.