La política como vocación

OPINIÓN

20 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Escuchando a Francisco Vázquez en V Televisión uno se pregunta qué hemos hecho mal en España para que en el actual panorama político estén desaparecidos los personajes como él. A mayor abundamiento, dada su manifiesta fe católica, que yo comparto, también me pregunto qué pasa en la Iglesia española, que no es capaz de suscitar vocaciones políticas fecundas, como la de este hombre, y, a lo sumo, solo es capaz de movilizar (y malamente) a sus bases en contra de la ley del aborto o de organizar algunas jornadas y congresos de repercusión sociopolítica nula (porque a ellos siempre acuden los mismos) sobre el papel de los católicos en la vida pública.

Por eso, cuando España afronta procesos electorales fundamentales para su futuro, hago mías las palabras del papa Francisco en su exhortación apostólica La alegría del Evangelio: «¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo, que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad. ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!». Pues bien, no nos hagamos los distraídos, porque hay mucho de complicidad. Y tampoco nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad.