Como un boxeador grogui a punto de desplomarse

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

12 feb 2015 . Actualizado a las 07:31 h.

El PSOE es como un boxeador grogui que, a punto de desplomarse, suelta golpes en el aire sin ton ni son, sin siquiera saber dónde está su rival. Porque el problema no es de nombres, sino de un partido que ha perdido sus referencias históricas, sociales, ideológicas y políticas. Y las ha perdido ya hace tiempo, en el momento en que empezó a pensar más en mantener el poder que en cambiar la sociedad; cuando decidió que era más importante blindarse y proteger a los suyos que airear la casa y pasar la aspiradora para limpiar toda la podredumbre acumulada. Estaba tan cómodamente instalado en el sistema que no fue consciente de que sus cimientos se resquebrajaban. Tuvo que llegar el terremoto Podemos para que tomara conciencia de la nueva realidad. Y como sucede cuando se reacciona tan tarde, se hace muy mal, con movimientos desesperados fruto de la ansiedad y de la desorientación.

Es lo que Pedro Sánchez lleva haciendo desde hace meses. Su pecado original ha sido pensar que el ser elegido por el voto directo de los militantes le legitima para operar al margen de los cuadros del partido. Craso error que ya le costó en su día la carrera a Borrell. Las primarias las carga el diablo y, en política, siempre hay facturas que pagar. Intentó emular la estrategia mediática de Pablo Iglesias, pero el PSOE no es Podemos. El cesarismo puede servir en un movimiento populista, pero no en un partido centenario en el que el poder es el resultado de complicados equilibrios y pactos internos. Para operar manu militari, hay que disponer de una fortaleza política de la que Sánchez carece. Y aunque fueran defendibles las razones -que pueden crear agravios comparativos y sentar precedente-, lo ha hecho en el peor momento, ya en plena batalla electoral; y de la peor manera, nada democrática. Así que en lugar de asentar su liderazgo, como pretende, lo que hace es empujar un poco más al PSOE al precipicio.