Personas como «deben de ser»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA DE LA LENGUA

OPINIÓN

07 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy y Luis Bárcenas comparten un pecadillo -al menos uno-, aunque no sean muy conscientes de ello. Dice el primero en un vídeo que muestra cómo meditan en grupo los dirigentes del Partido Popular: «Yo, al final, la experiencia que tengo es que lo que te da equilibrio y lo que te da fuerza es hacer aquello que crees que debes de hacer». Eran los días en que salió de prisión el extesorero del partido, que en tan feliz ocasión (para él) declaró: «He sido una persona más como debe de ser».

Quizá haya reparado ya el lector en el pecado común: ambos emplean la perífrasis deber de + infinitivo para expresar obligación, lo que el uso culto rechaza, pese a que existen testimonios de su empleo por escritores y lingüistas de prestigio.

Deber de + infinitivo indica probabilidad, suposición o conjetura: Tengo frío, debe de haber bajado la temperatura; No han llegado a casa, aún deben de estar en el colegio. Sin la preposición de, la perífrasis denota obligación: Debes ser fuerte y afrontar el problema; Debe llegar antes de las cuatro, o perderá el tren. He aquí una muestra del cuidadoso empleo de ambas formas: «Un pesimista ha dicho que la música habla de un mundo que debía existir; yo digo que nos habla de un mundo que debe de existir» (Leopoldo Alas, El Señor y lo demás son cuentos, 1892).

Hay autores que se pronuncian por la especialización de ambas construcciones, lo que contribuiría a evitar dobles sentidos. Sin embargo, desde ámbitos académicos se considera que el empleo de deber (sin de) + infinitivo con valor de suposición es admisible en el lenguaje culto: «Marianita, su hija, debe tener unos veinte años» (Vargas Llosa, Fiesta, 2000).

Por el contrario, no recibe bendiciones el uso de deber de para expresar obligación. En esta piedra tropiezan, además de los señores Rajoy y Bárcenas, nada menos que Pío Baroja («No debo de asustarme, sino andar muy satisfecho»), Luis Rosales («La elección de sí mismo, el proyecto vital que cada hombre debe de realizar para verificarse, procede del futuro»), Ángel Ganivet («... se deberá de rehuir sistemáticamente todo acto político que tienda a equiparar dichas relaciones») y Francisco Ayala («¿Debería yo de someterme a sacrificio semejante?»). Por una vez no serán autores ejemplares que escriben como deben hacerlo personas de su talento. El día que tropezaron debían de estar con la cabeza en otra cosa.