A Rajoy y a Mas la izquierda se lo pone a huevo

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

20 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

S i no fuera porque el país no está precisamente para bromas, lo que ocurre en este momento en la política española sería para morirse de risa. Por resumir muy brevemente el cuadro, a pesar de la incipiente recuperación hay en este momento 5,5 millones de parados, muchos de ellos sin cobrar desde hace tiempo ningún tipo de prestación. España es, según la oenegé Oxfam Intermón, el segundo país con más desigualdad de Europa, solo por detrás de Letonia. El 1 % de la población española concentra más riqueza que el 70 % más pobre. Hay familias que tienen dificultades para poner todos los días un plato en su mesa y que, en lugar de un filete o unas albóndigas, meten cada jornada en la tartera de sus hijos un bocadillo de mortadela porque el presupuesto no da para más. Cada año, miles de jóvenes licenciados españoles tienen que abandonar el país porque aquí no hay futuro laboral para ellos. El Gobierno, que a pesar de estos datos vende optimismo a raudales, está respaldado por un partido conservador que tiene a tres ex tesoreros imputados por presunta corrupción y a más de cien ex dirigentes a las puertas del banquillo en varias comunidades. Y tenemos también a un presidente de la Generalitat que ha dejado a Cataluña en la ruina y ha aumentado la desigualdad respaldado por un partido como CiU, genuino representante de la oligarquía económica en esa comunidad, que está inmerso en gravísimos casos de corrupción, desprecia la solidaridad e insulta a los trabajadores de las autonomías menos favorecidas económicamente, asegurando que lo que hacen es robar a los catalanes para no dar ni golpe y pasarse todo el día en el bar.

Ante semejante panorama, cabría imaginar una verdadera rebelión de todos los partidos de izquierda, en España y en Cataluña, actuando de manera coordinada, dentro y fuera del Parlamento, para derribar a unos gobiernos que, desde su óptica ideológica, no pueden ser considerados más que como el enemigo común y la antítesis de su ideario político. Pues bien, ¿qué es lo que tenemos en realidad? Tenemos a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes de los que, según los sondeos, son los dos grandes partidos de izquierda, PSOE y Podemos, dedicando todos sus esfuerzos a despellejarse mutuamente en cada mitin o entrevista, llamándose mentirosos el uno al otro, acusándose de no tener programa ni principios y ninguneándose recíprocamente, mientras Rajoy y su gurú, Pedro Arriola, contemplan la escena divertidos, fumándose un puro en el sofá de la Moncloa y viendo cómo sus adversarios se anulan y se matan ellos solos.

En Cataluña, la escena es aún más esperpéntica, ya que Artur Mas se sostiene en el Gobierno gracias a un partido que se declara de izquierda, como ERC, mientras el PSC, ICV y CUP, también de izquierda, le dejan hacer. Y mientras Podemos, se supone que de izquierdas, se pone de perfil y le sigue el juego en la monserga del derecho a decidir. Así las cosas, bien puede decirse que a Rajoy y a Mas la izquierda se lo pone a huevo.