Quieren matar el humor

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

08 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El humor ha sido ayer víctima del odio de unos descerebrados. En realidad no hay día que en algún lugar del mundo no se ataque ferozmente al humor y a los humoristas, pero la de ayer de París ha sido una arremetida que deja helada la sonrisa de media humanidad. La de ese medio mundo civilizado, dialogante, demócrata y respetuoso con las opiniones de los demás, que se ve amenazado por la sinrazón y el rencor.

Decía Julio Camba, el maestro de periodistas que cultivó el humor como nadie, que «París es muy buen chico»; es «como un muchacho simpático y muy amigo de juergas, que no pierde nunca la cabeza». Pero quizás ayer París perdió la cabeza al ver cómo una docena de sus pacíficos ciudadanos dejaban la vida a manos de unos matones vengativos que no entienden de humor ni mucho menos de respeto. Quienes ayer empuñaron las ametralladoras contra policías y periodistas para vengarse de unas viñetas humorísticas no aceptan que «el humor duele porque es una forma cruel de decir cosas crueles, sin adornos», como acertadamente comentó François Cavanna, el fundador y periodista del atacado Charlie Hebdo.

Quienes ayer sembraron la barbarie y quienes los alientan y jalean desde todos los rincones del planeta nos dirán, a no mucho tardar, que con Mahoma no se juega; que con él no caben las viñetas, ni el humor. No se lo crean, porque fue precisamente Mahoma el que dejó escrito que «quien haga reír a sus compañeros, merece el Paraíso». Lo que ocurre es que «el salvajismo no sabe reírse». Lo dijo Enrique Jardiel Poncela. Otro sabio que daría su vida por defender el humor.