Subir salarios para consolidar la recuperación

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

26 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los análisis de un economista crítico en una situación de crisis aguda como la que estamos sufriendo tienen, casi inevitablemente, un tono entre el pesimismo y el desasosiego. Por eso, imbuidos en el espíritu propio de estos días y ante el inicio de un año en el que muchas cosas pueden empezar a cambiar, es bueno transmitir un mensaje optimista: para salir de la crisis no tenemos que vivir peor sino vivir mejor. Ya estamos en el momento de que los salarios vuelvan a crecer.

Es de justicia hacerlo, porque el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los salarios en el mundo, presentado el 4 de diciembre, señala que es en España donde más ha crecido la desigualdad a caballo de dos factores: el aumento del desempleo y la mayor caída salarial en los tramos más bajos de la escala laboral. Y por eso su representante en nuestro país dijo que la pregunta no es si deben subir los salarios sino cuánto deben subir.

Es necesario hacerlo, porque los últimos datos de la Contabilidad Nacional demuestran que la economía española no puede basar su recuperación en el sector exterior y que por lo tanto es imprescindible que camine de forma simultánea sobre las dos patas: mantener los equilibrios del comercio exterior -ahora amenazados- y potenciar la demanda interna, que es el motor fundamental en las economías desarrolladas y desde luego de la española.

La demanda interna ha caído en España el 15 % desde el 2008, convirtiéndose así en el factor explicativo clave de la gran recesión. Por un lado, el hundimiento de las inversiones en un 35 %. Por otro, la pérdida de empleo, la devaluación salarial, la congelación de las pensiones y el deterioro de la protección por desempleo que ha provocado una reducción del 10 % en el consumo de los hogares.

La recuperación de la demanda interna necesita de más renta disponible de las familias, que necesariamente pasa por más empleo y mejor protección social, pero sobre todo por un crecimiento real de los salarios ya en el 2015. Con una expectativa de inflación en el entorno de cero, cuando no negativa, la economía española en su conjunto está en condiciones de afrontar crecimientos reales de los salarios -esto es, por encima de la inflación- que son compatibles con el mantenimiento de la ganancia de competitividad de los últimos años, en comparación con los países centrales de la UE.

Es posible hacerlo, porque los costes laborales unitarios del sector industrial -el indicador más utilizado para analizar la competencia entre países, vía precios- se han reducido en España el 16 % desde el año 2009 y eso les da un enorme margen a las empresas para abordar crecimientos reales de los salarios sin afectar a su competitividad y rentabilidad. Más aún, es el momento de reequilibrar, al menos parcialmente, el desigual reparto de los márgenes empresariales que se están dando desde el 2008: desde entonces el beneficio neto de las empresas se ha multiplicado por dos gracias en parte a una reducción del 16 % en la remuneración de los asalariados.

Esta es la buena noticia para empezar el 2015: para dejar atrás la recesión, para impulsar el crecimiento económico, se hace imprescindible un aumento de los salarios. Por eso le subiré a mi hija la asignación mensual, desde enero.