El nuevo valor del petróleo

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

09 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1973 tuvo lugar la primera gran crisis energética del mundo contemporáneo. En represalia por el apoyo prestado a Israel en la guerra del Yom Kipur, los países árabes de la OPEP decidieron boicotear a EE. UU. y Holanda, cortando el suministro de crudo. En un momento en el que el modelo económico estadounidense, tan eficaz tras la Segunda Guerra Mundial, se había agotado y el consumo de combustibles fósiles, sobre todo hidrocarburos, era desmesurado, la suspensión del suministro disparó el precio del barril. La recesión y el cambio de ciclo estaban servidos. Los países productores, explotados durante décadas por los occidentales tomaron el control de sus recursos, con una era de prosperidad jamás antes conocida.

No mucho después, en 1979, se produjo otra crisis como consecuencia de la revolución iraní y el inicio de la guerra contra Irak. Pese a los picos en los precios de 1989 y de 2000, la tercera gran crisis vendría en 2008. La confluencia de un crecimiento de la producción anual del 1 % frente a un aumento de la demanda del 4 %, la especulación, la debilidad del dólar, etc. conllevarían a un incremento demencial del precio del barril. Seis años después, el fenómeno es el contrario. El desplome del precio derivado de un aumento de la producción en Estados Unidos, por el fracking, una reducción del consumo por la ralentización económica -crisis europea, desaceleración en los países emergentes, etc.- es un arma muy eficaz en Oriente Próximo al frenar el poder ruso y acogotar aún más a Irán, aliados ambos del régimen de Al Asad en Siria. La reducción de los ingresos por contrabando de los yihadistas es otro beneficio colateral y una nueva esperanza para la paz.