Hacia un Estado español vestido de payaso

OPINIÓN

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El traje de los payasos, preñado de costuras, zurcidos y colorines, no fue diseñado para los escenarios por un modisto profesional, sino por la gente común -los clowns- que, obligada a configurar un personaje hilarante, aprovechó todos los retrincos de tela, los zapatos viejos y las corbatas y pajaritas que nadie usaba para crear una indumentaria que, antes de que el payaso haga o diga nada, ya produce risa. Ahora, es cierto, hay payasos de alto diseño. Pero las claves y la finalidad del uniforme ya están establecidas, y a nadie se le ocurriría dar una conferencia sobre la entropía del universo, o celebrar una misa de pontifical, vestido de payaso, aunque el traje llevase la etiqueta de Balenciaga.

Hablando ahora de política, tengo la sensación de que en España no hay nadie que quiera diseñar una nueva Constitución, seria y formal, que venga a sustituir el elegante traje que vestimos desde 1978. Y que lo único que estamos proponiendo es aprovechar los retrincos que guardamos en los armarios, sobrantes de los trajes que cada cual lleva puestos, para confeccionarle a España un traje de remiendos y colorines, con zapatos del 46, que dará risa nada más verlo.

Cayo Lara aporta un remiendo de república popular, federal y plurinacional de color rojo. Los vascos aportan un remiendo de mezclilla, tipo ikurriña, que apuesta por el derecho a decidir. A CiU y ERC les vale todo y todos los colores con tal de que su remiendo quede mal cosido y deje en ciertas partes insinuantes aberturas. UPyD, en cambio, tiene un trapo azul, casi morado, que pone en el mosaico su deseo de recentralización del imperio castellano. El BNG también tiene su trapo, blanco y azul, de república gallega, que quiere usar para pañuelo -porque los payasos siempre se limpian los mocos-, y para evitar que Europa nos siga robando impunemente nuestra inmensa riqueza.

Canarias y Baleares tienen colores de insularidad -verde y amarillo- que pueden servir para coderas y rodilleras. Andalucía tiene su federalismo simétrico e igualitario que, por ser el más grande, servirá para cueira del pantalón. Extremadura pone los zapatos del 46, los dos del pie derecho. Y Valencia la pajarita. Las comunidades uniprovinciales ponen hilos y estambres de distintos colores para las costuras y zurcidos. Asturias pone los polvos para la cara. Y Madrid, ¡faltaría más!, el gorro de Napoleón.

¿Y el PSOE? El PSOE, que va de primero en sus sondeos, pone el sastre. Al gran modisto Sánchez que, dispuesto a oficiar de artero unificador de todos los remiendos y atavíos, va a coser los harapos de colores, con hilos de colores, hasta que salga un traje con chaqueta grande, pantalón corto, calcetines de mezclilla, zapatos del mismo pie, pajarita verde y pañuelo a cuadros. Es la España constitucional que viene. Si Dios y el PP no paran la locura.