Martín Villa, esa injusticia

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

15 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Sorprende la frialdad de un ministro ante la petición de Interpol de detener a una veintena de españoles por supuestos crímenes de lesa humanidad, según los términos de la jueza argentina que no sabe de qué habla. Ese ministro es el señor Catalá, titular de Justicia, última incorporación de Rajoy, que, ante las preguntas de la prensa, se limita a argumentar que esos supuestos crímenes han prescrito en España o están borrados por la ley de amnistía. Eso fue todo, y deja a personajes impecablemente demócratas como Alfonso Osorio, Martín Villa y otros bajo la sospecha de que han sido, efectivamente, autores de horrendos crímenes contra los que no se puede proceder porque tales crímenes han prescrito. Eso es impropio de un miembro del Gobierno español, señor ministro. ¿Sabe por qué? Porque es una defensa miserable de personas honorables. Parece cómplice de quienes están deseando abrir un proceso, pero no al franquismo, sino a quienes construyeron la democracia en España.

Por eso está llena de dignidad la respuesta que dio Rodolfo Martín Villa: quiere declarar ante esa jueza. Quiere que se conozca su verdad, ahora que volvemos a estar en una revisión de la memoria histórica, aunque gobierne Rajoy. Exige declarar para no quedar como un delincuente salvado por el simple paso del tiempo o por la aplicación de una amnistía. Martín Villa tuvo cargos públicos en el franquismo, como otros muchos miles de españoles. Fue ministro en el primer Gobierno de la monarquía, pero no de Gobernación cuando se produjeron los lamentables sucesos de Vitoria. La jueza toca de oído, no se ha molestado en contrastar los datos que le ha pasado el denunciante y, encima, dicta órdenes de detención sin escuchar a los denunciados. Es una de las consecuencias de la «justicia universal» cuando es aplicada desde la ineptitud, la falta de información y el resentimiento.

Pero lo que me alarma, insisto, es la explicación del ministro de Justicia. ¿Nadie le explicó a este señor la historia de la democracia española? ¿No sabe ver la barrera que separa al franquismo del reinado de Juan Carlos I, y esa barrera es nada menos que la formada por las libertades públicas y los derechos sociales? ¿Nadie le explicó a este ministro quiénes han sido los autores de la democracia? ¿Se puede gobernar sin conocer los méritos de personajes como Osorio o Martín Villa, nada menos que frente al golpismo y nada menos que para construir el consenso que dio lugar a la Constitución? Me sumo a la protesta de Rodolfo. Me sumo a su indignación. Es una indignación política: mal va el país, mal futuro se le presenta, si hasta los gobernantes le hacen el juego al revisionismo de la mejor historia que ha tenido esta nación.