La primera parte del otoño fue rara. Elevadas temperaturas. Sol. Algunas lluvias. Esas características propiciaron la formación de muchas setas. Unas, buenas: Boletus edulis o aereus, Lactarius deliciosus, Cantharellus cibarius, etcétera. Otras, tóxicas, entre las que más, la Amanita phalloides, que ha provocado intoxicaciones y puesto al borde de la muerte a quienes la han ingerido. Todos los años hay algún caso de ingesta de Amanita phalloides.
Este otoño también han brotado políticos corruptos (operación Púnica), que se han unido a otros muchos brotes surgidos en cualquier tiempo, porque, al contrario que las setas, los políticos corruptos aparecen en primavera, verano, otoño e invierno. Son los Amanita phalloides de la política. En vez de atacar al hígado, golpean con fuerza al erario público, es decir, al dinero de todos. Otros son como los detergentes y se dedican a blanquear dinero. ¡Menuda tropa!