¿Por qué y hasta dónde?

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

03 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los partidos políticos están asustados. El CIS marca una tendencia imparable de ciudadanos que desean votar a Podemos. Cada nuevo caso de corrupción, venga de donde venga, aumenta la intención del voto a Podemos. No es solo un voto de castigo a los partidos que huelen a podrido. Es un grito desesperado de alternancia en el sistema democrático, pervertido, por unos dirigentes del Estado que: son sospechosos, son incapaces, son silentes por miedo a que salga más y les afecte. La gran tragedia de este país se resume en dos cuestiones. Es imposible la alternancia entre los grandes partidos para regenerar el sistema y terminar con la corrupción. La perversión y la corrupción, se mezclan con la crisis que cada día aumenta la multitud de los parias.

De tal desgracia que a los escándalos por dirigentes corruptos, imputados, se acompañan los informes de Cáritas y otras organizaciones, sobre el estado de la pobreza, la desigualdad en el reparto de la riqueza o el incremento de los desheredados en su condición de ciudadanos, por falta de recursos. Se ha puesto de moda pedir perdón.

Se ha puesto de moda asegurar que lo sucedido produce náuseas en los que administran la purga y el laxante. Se ha puesto de moda, escurrir el bulto, a base de conseguir que los imputados se den de baja en el partido, como si no llevaran décadas mandando o haciendo lo que correspondía para convertir el estado de la corrupción, con sus manejos entre leales y amiguetes, en un serial de república bananera.

Y ahora quieren un gran pacto. Contra la corrupción. Por la regeneración. ¡A buenas horas! Y, ¿entre quienes?¿Alguien se lo va a creer? ¿Se imaginan un pacto entre raposos dentro del gallinero? Me vienen al recuerdo esos cambios en la historia de la humanidad, que dieron lugar a rupturas traumáticas con el despotismo. Necesitamos un nuevo régimen. Y algunos le temen.

No hay más que ver como les ha sorprendido que la asamblea de Podemos, se haya caracterizado por: debate, disensión, participación. Confunden democracia pura con crisis.

No admiten fórmulas que no sean a la búlgara o cocinadas previamente para que todo esté bajo el control de la curia. Mientras, Podemos está dispuesto a gobernar, muchos ciudadanos tenemos reservas sobre su capacidad más allá de la ruptura con el sistema, tal como está. ¿Están capacitados para darle al país estabilidad y justicia social?