El auténtico Oeste: Cataluña

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen AL DÍA

OPINIÓN

22 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Coincidió con la celebración de la Diada la representación teatral en Madrid de El auténtico Oeste, una obra del genial Sam Shepard estrenada en 1980. Casualmente, ese año, 1980, es mágico: Pujol comenzó a gobernar, con CiU fundada por él, en Barcelona, y, en la onda de Baudelaire, que disfrutaba los paraísos artificiales del hachís y del opio, Pujol descubrió los paraísos fiscales. El auténtico Oeste está etiquetada como drama familiar y reflexiona sobre la identidad, tanto individual como cultural. Sam Shepard sitúa la acción a 40 millas de Barcelona, donde dos hermanos mal avenidos que llevan cinco años sin verse se encuentran en la casa materna. Por distintas razones se verán forzados a resolver sus diferencias y sus identidades catalanomanchegas. Cuando finalizó la obra, que me atrapó desde el primer segundo hasta el último suspiro de Filipinas, intenté saludar a Jordi Pujol, cuya presencia en la sala daba por segura. «No he visto a Pujol en la sala», me dijo el director de la obra, José Carlos Plaza. Tampoco estaba José María Ruiz Mateos, también bien surtido en estos momentos de un drama familiar -su esposa Teresa Rivero está que echa chispas-, pues una hija no reconocida de 23 años, que vive en Chicago, ha llevado a este patriarca bíblico a los tribunales. Ruiz Mateos no es padre solo de 13 hijos, sino de 14. Dirige los madrileños y fantásticos Teatros del Canal el catalán Albert Boadella, que, con Els Joglars, en su genial Ubú president, nos reveló en 1995 en una sátira soberbia la catadura corrupta de Jordi Pujol.