Los pirómanos sociales no se fueron de vacaciones

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

16 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque afortunadamente los pirómanos forestales parece que el mes de agosto se dedicaron a otros menesteres, los pirómanos sociales no cogieron vacaciones. Desde las elecciones europeas vengo ofreciendo al lector un resumen mensual de aquellos hechos que, en mi opinión, alimentan el creciente incendio electoral y social del que es punta de iceberg Podemos.

Suponía yo que en el mes de agosto los pirómanos de la España profunda cerrarían sus chiringuitos. Pero no. Y así no va a haber forma de frenar esa marea social que tanto preocupará a sus bomberos tertulianos en sus emisiones televisivas. Resumo a continuación las provocaciones incendiarias del último mes.

Empezamos con el suicidio de un obrero de la construcción desahuciado en Granada y casi al mismo tiempo nos informaban de una subasta de electricidad trucada por cuatrocientos millones. Ignoramos cuántas subastas más fueron amañadas por la mano invisible que impide la libre competencia. Nos enteramos de que el Tribunal Supremo ordenó paralizar las actividades de la celulosa de Pontevedra y tramitar la caducidad de la concesión, mientras la empresa, que sigue pleiteando, está a la espera de un nuevo reglamento de Costas y continúa con sus emisiones a la ría.

También nos enteramos de que un tal Baltar se pasó el Estado de derecho por el arco del triunfo durante años y un tribunal lo inhabilitó una vez jubilado (con derecho a pensión del Estado y sin pagar daños y perjuicios). No repuestos de lo anterior, supimos que los fiscales generales del Estado no eran amigos de investigar a Jordi Pujol.

Vimos a un exconsejero andaluz de Hacienda detenido por fraudes en cursos de formación por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Y cómo, mientras el Gobierno vasco gasta un millón de euros al año en completar las pensiones de sus ex altos cargos, el Gobierno central dificulta que los despedidos con 60 años puedan prejubilarse.

En la eurozona saltaron las alarmas de recaída en recesión a causa del mándala austericida de la santa compaña merkeliana. Y en España se observa que, con la devaluación salarial y laboral, no crecen las exportaciones, ni se evitan unas crecientes importaciones.

Se detiene a unos empresarios por emplear a extranjeros sin pagarles y sin descanso semanal, mientras una recién graduada de ingeniería (con tres idiomas) no consigue hacer prácticas en España ni gratis, aunque es contratada en Holanda nada menos que por la Agencia Espacial Europea.

Según la OCU, la gasolina estaba subiendo en agosto en España mientras bajaba de precio en el conjunto de la UE. Nuestro ministro de Hacienda cerró el mes liberando de tributar a las plusvalías de las filiales de grandes empresas.

Bien sé que reclamar que todo esto desaparezca es populismo o pura utopía. No obstante, debo decir en mi favor que en muchos casos se trata apenas de que se cumplan las leyes. También era populismo la renta mínima, y este mismo mes se aprobará un subsidio a parados con cargas familiares, o la idea de casta, y de repente vamos a desaforar a miles de padres de la patria.