Encantamiento, «fun polo aire e vin polo vento»

Xavier Lombardero TIRAR DO PAU

OPINIÓN

20 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La A-8, con niebla o fuerte viento en A Xesta, impone. La encontré un día con niebla y el carril interrumpido con un gran madero de eucalipto perdido por un tráiler. Todo sin señalizar. Pude esquivarlo pues lo novedoso de un trazado con sostenidas pendientes y la «alegría» con la que algunos turismos y camiones se lanzaban a una vía recién estrenada, hicieron que levantara el pie. Regresaba sin prisas y todo ello evitó el más que probable accidente.

Desde entonces, ni la ruta me inspira confianza ni el verano anima a compartirla con la numerosa y despreocupada tropa que transita ávida de playas o de arribar al hogar. En consecuencia, A Gañidoira hacia Viveiro es la alternativa, también peligrosa porque, al igual que A Xesta, la Cruz da Cancela por Lourenzá o el Marco de Álvare en la N-640 hacia Meira, suelen verse afectadas por ese cinturón de nieblas que recorre todos los altos que superan los 500 metros.

Los mariñanos hace mucho que conocen tales peligros (ganado mostrenco incluido) pero nadie en su sano juicio puede pensar en la trágica N-634, que algún día ostentó el dudoso título de la carretera más peligrosa de España, como «alternativa» o solución puntual en ese tramo. La N-634 soportaba mal el creciente tránsito cantábrico. Siempre fue el problema y ahora en Mondoñedo habrá que gestionar lo obrado para aumentar la seguridad, sin duda disminuyendo la velocidad y aumentando la señalización y las precauciones con mal tiempo. Eso lo consiguen en las complejas autopistas de la Costa Azul y la Toscana o en las del norte de Europa. Solo así se podrá acercar al ansiado objetivo de la A-8: canalizar de forma «segura, moderna y eficaz» el tráfico de medio y largo recorrido en el noroeste peninsular, que de eso hablamos.

Requirió mucha ingeniería y dinero (192 millones de euros para 16 kilómetros) superar un terreno accidentado y geotécnicamente muy complejo en las laderas del monte Padornelo, con viaductos, desmontes, muros, drenajes y estructuras que evitaran que la obra se viniera abajo. Todo ello ralentizó la A-8.

Los motivos de alejar el trazado de la que un día fue capital mariñana, cuna de grandes escritores, músicos o médicos, seguramente darán para escribir tanto como el fiasco del AVE en Pajares. Me pregunto cuál hubiera sido la postura del Mondoñedo del gran Leiras Pulpeiro. O la de Cunqueiro. ¿Encantamiento?, fun polo aire e vin polo vento.

No todo fueron desprendimientos. Sorprende que prevaleciese la idea de salvar la Xesta alejando la Transcantábrica fuera de las rutas de los hombres, hasta senderos de lobos. Bueno, pueden viajar por la carretera más cómoda de A Mariña, que comunica con Alfoz... Más incluso que el inexistente «corredor» de la costa entre Foz, Burela y Viveiro, que no avanza ni al ralentí. Duerme el sueño de los justos para vergüenza de ministros y de algún ex conselleiro de Política Territorial.