29 jun 2014 . Actualizado a las 02:57 h.

Se necesitan 20.000 mujeres inmigrantes al año, se supone que con sus respectivas parejas, para que Galicia no se convierta en exGalicia. Es la conclusión de un foro sobre demografía celebrado esta semana. Muere Galicia a paso de gigante mientras se llenan de imputados las sedes judiciales que el Gobierno quiere clausurar, como si haciéndolo se acabaran los problemas, y es al contrario. Si de esos imputados dependiera el futuro de Galicia tendríamos garantizada nuestra supervivencia los próximos 5.000 millones de años, que es el tiempo que calculan que le queda al Sol, y por extensión a la Tierra. Quizás es lo que toca, y casi nos están obligando a agradecérselo a quienes (existe abundante material de audio) no cumplieron precisamente con sus deberes. De ahí que ya casi ni sorprenda, pero asuste bastante, la defensa que de estos señores hace el presidente de la Xunta, aunque asusta mucho más, y es más grave, el ataque al modus operandi de algunos jueces, como si fueran ellos y ellas los prevaricadores. Por desgracia, no es un comportamiento exclusivo de Feijoo. Esta misma semana el líder de lo que queda del BNG se ha puesto a pun-tua-li-zar que en realidad hay dos clases de imputados: por un lado, aquellos que lo están por presuntamente robar (o sea, los del PP y del PSOE), por el otro, los que están imputados porque alguien les cogió manía (o sea, los del BNG). Lo dijo Vence justo después de que a dos de sus alcaldes les colocaran el cartel de imputado. Quizás jamás lleguemos a conseguir que nos auxilien 20.000 mujeres al año para reflotar el país, pero con esa condescendencia de los políticos hacia sus pares en tela de juicio y esa especie de misión divina que les impide a estos irse para casa, basta ver los casos de Arzúa, O Porriño, Ferrol o Vimianzo solo esta semana, nos vamos a poner en 20.000 imputados casi sin despeinarnos.