La Historia, con mayúsculas, es un iceberg. Dicen que se no se mueve, pero se mueve. Y, cuando lo hace, ojo, puede suceder de todo. Ni media hora ha pasado del anuncio de Rajoy y una fuerza parlamentaria como IU ya pide un referendo para que los españoles votemos y decidimos nuestro futuro. También hay convocada una concentración ciudadana en la Puerta del Sol para reclamar lo mismo: ese referendo, que dará mucho que hablar y que discutir. Rajoy, en su explicación, a propósito, ya subrayó que el escenario era de estabilidad, de mayorías claras parlamentarias. Por si acaso. La hoja de ruta del presidente del Gobierno fue clara: el Príncipe tiene una gran preparación y él es el camino. Las redes sociales arden con la asociación rápida: Letizia, ¿reina? Pero todo esto sucede justo después de los resultados más sorprendentes en unas elecciones en los últimos tiempos. No es el momento de la demagogia. Pero a los ciudadanos, en democracia, hay que escucharlos siempre. El iceberg de la Historia se ha movido. Y que le digan a los que iban en el Titanic que, con los icebergs, sueltos no pasa nada.