Cambiar para seguir igual

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

28 may 2014 . Actualizado a las 10:38 h.

Al PSOE hay que darle un enérgico zarandeo para cambiarlo. Pero los hay que apuestan sinceramente por una renovación profunda y los hay que se parapetan tras el lampedusiano principio de que todo cambie para que todo siga igual. Ciertamente, el proceso que desembocará en el congreso de julio aún está dando sus primeros pasos y muchas cosas pueden pasar hasta entonces. Pero no es un buen comienzo que quien se marcha, en sigilosa connivencia con la vieja guardia y la poderosa federación andaluza, controle la organización del cónclave de su relevo. Rubalcaba insistía el lunes en su apuesta por las primarias, pero es una verdad a medias, cuando no un engaño completo. Porque sabe que esa decisión la tomará quien le suceda y que quien sea elegido en julio no se someterá unos meses después a un nuevo examen que pueda desautorizarlo. El proceso debería ser, si acaso, al revés. La clave está en abrir el cónclave a toda la militancia, rompiendo los rígidos esquemas tradicionales, en los que las élites controlan las estructuras internas y los procesos congresuales, favoreciendo a los propios, excluyendo a los críticos e imponiendo el pensamiento único. Esta oligarquización del partido está en el origen de muchos de los males del PSOE, y la ruptura con esa tradición es condición sine qua non para que recupere su espacio y sea útil a la sociedad. Quien crea que sustituir a Rubalcaba por Madina, Chacón o quien sea es suficiente se equivoca de medio a medio. Hacen falta nuevas caras, sí, pero acompañadas de equipo, estrategia y de un proyecto sólido a largo plazo que conecte con los ciudadanos y se abra a ellos. Cualquier otra cosa es simplemente ahondar en la propia fosa.

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