«Bring Back Our Girls»: ¡Únete, lector!

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

09 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El lema que da título a esta columna («Devolved a nuestras jóvenes») se ha convertido en una gran campaña humanitaria en pro de la justicia y los derechos humanos más elementales. Extendida a nivel planetario, a través de las redes sociales sobre todo, la consigna «Bring Back Our Girls» es ya el grito de millones de personas.

Boko Haram, un grupo yihadista (salafista) que tiene el siniestro honor de ser uno de los más sanguinarios que hoy existen, secuestró el pasado 14 de abril a 274 jóvenes que estudiaban en un internado del noroeste de Nigeria. Aunque 53 de ellas consiguieron huir y liberarse de sus malévolos captores, más de 200 permanecen todavía en poder de los fundamentalistas, cuyo nombre significa en lengua hausa algo así como «La pretenciosidad es anatema».

Boko Haram ha sido traducido también erróneamente, por más que con muy sólidos motivos, por «la educación occidental es pecado». Y es que los sanguinarios terroristas de ese grupo salafista se han distinguido sobre todo por sus acciones, siempre extremadamente violentas, en contra de la educación, supuestamente occidental, de las mujeres musulmanas. De ahí el secuestro de unas chicas cuya manifestación de pretenciosidad, insoportable para las mentes enfermas de sus secuestradores, es que iban a la escuela: ¡Anatema!

Hay quienes creen todavía que el problema de fondo que secuestros como el de las estudiantes nigerianas pone de relieve es la diferencia de civilizaciones que existen en el mundo. No es verdad. Mejor dicho: tal visión es una estupidez y una patraña. En el mundo hay una inmensa diferencia de culturas, religiones y costumbres, pero civilización no hay más que una. La civilización es que los niños y las niñas (como los hombres y las mujeres) son iguales. Lo contrario -la consideración de la mujer como un objeto propiedad de su padre o su marido, cuando no como una simple bestia de carga- es la barbarie. Civilización es que la educación nos hace mejores en todos los sentidos, lo que convierte ir a la escuela en un derecho esencial en cualquier extremo del planeta. Lo contrario -prohibir a las niñas, por su sexo, asistir al colegio o a la Universidad como una manifestación de pretenciosidad occidental- es el retorno a la Edad Media y a su maligna oscuridad.

Exigir la liberación de las niñas nigerianas retenidas por Boko Haram es, por ello, no solo un derecho sino una indeclinable obligación de cualquier ciudadano de un país libre. Tan indeclinable que, por una vez, y sin que sirva de precedente, me permito la licencia de pediros por favor que, si habéis leído este artículo, utilicéis la edición digital del periódico en el que aparece publicado para hacerlo circular cuanto podáis a través de la redes sociales, para que también desde aquí se oiga claro en ellas nuestra voz. La de Galicia.