En esta precampaña europea distinguimos tres escenarios de contienda. En uno están los electores a los que sí representa el sistema, que son los votantes actuales de PP, PSOE, IU/ICV y UPyD. Los dos primeros están atravesando su crisis más profunda desde que existen y no alcanzan a sumar juntos lo que antes uno. El PP y el PSOE han perdido grandes cantidades de sus votantes más jóvenes y urbanos que IU/ICV y UPyD atraen insuficientemente hacia sus formaciones, de modo que se ha dimensionado un segundo escenario de contienda: el de las personas no representadas por el sistema general, que en ausencia de ofertas electorales residen en la abstención. Es lo que hemos llamado el espacio ciudadano de ruptura, que se enfrenta al sistema de representación en su conjunto y es revolucionario, en tanto que niega la representatividad del statu quo y propone un orden nuevo. En un tercer escenario, que también es de ruptura, pero con España, viven desde siempre las otras naciones del Estado, con la particularidad de que sus sistemas representan perfectamente a las personas: es la ruptura ciudadana e institucional. Nos referimos a los votantes actuales de CiU, ERC, Sortu, EA, el PNV, Aralar, el BNG, o más recientemente los de CUP y una parte de los de Anova, entre otros, y a los Parlamentos y Gobiernos vasco y catalán. Son parientes lejanos de los votantes españoles situados en la zona de ruptura, aunque ni unos ni otros lo sepan o tengan interés en reconocerse como tales.
En Galicia habrá contienda en dos de los tres escenarios. El PP, el PSdeG y la coalición IU/ICV-Anova disputarán la contienda del sistema, que se articula sobre la confrontación de la izquierda y la derecha; suponemos que los de Beiras utilizarán en su campaña la marca gallega AGE para ocultar al comunista Willy Meyer. Es así porque Anova abandonó la ruptura ciudadana pero hay otras ofertas para este votante, con Compromís y los verdes de Equo como únicas organizaciones preexistentes. También está Podemos, que se parece mucho a la vieja izquierda, y las organizaciones de denominación de origen 15-M, que son Red Ciudadana-Partido X y Ahora Tú Decides (ATD!). Por si hubiera pocos, el intrépido Elpidio Silva se autoproclama indiscutible número uno, aunque no sabemos de qué. Salvo el magistrado, todos son conscientes de que el voto ciudadano está fragmentado. El vértigo al fracaso debió estimular la agrupación de estas propuestas, pero se les fueron los plazos por su inexperiencia. En el tercer escenario no habrá contienda porque solo está el BNG con su socio EH-Bildu. Quien es legal es normal en la Unión Europea, por lo menos hasta que llegas a los Pirineos. Amaiur, que es lo mismo que Bildu, fue refrendada por todas las fuerzas políticas, menos UPyD, en febrero del año 2012 en el Congreso de los Diputados: el PP y el PSOE votaron en contra de su ilegalización y ahora se hacen trampas jugando al solitario, por ejemplo en Navarra. Esa política es predemocrática, piensa el coherente votante del BNG.