12 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.
Su reivindicación es tan justa como injusto es convertir las calles en un campo de batalla. Nunca se construyó nada bueno después de llegar a las manos, de donde salió ayer la frustración de algunos, lo cual no justifica sus actos. Imaginemos que hicieran lo mismo los 270.000 parados de Galicia... Dicho esto, los políticos tienen que estar para algo más que ojear la parrilla de la tele en el Parlamento. De un supuesto derecho histórico surgió un error histórico: dejar a Galicia sin caballa y sin jurel. Sí, es intolerable. Ahora, la única forma de arreglarlo es con tolerancia. Con diálogo. Sin cercados.