Floteles para Vigo y Ferrol, la noticia que se espera

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

30 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No cabe esperar para hoy más noticia de México que la adjudicación de los dos floteles comprometidos por Pemex con Galicia. El de Vigo, para Barreras, y el de Ferrol, para Navantia. Otra cosa distinta sería un escándalo de dimensiones difíciles de olvidar, un fraude a las expectativas generadas en la opinión pública y de forma especial en los ciudadanos de áreas especialmente castigadas por el declive industrial.

El anuncio, que se conocerá previsiblemente esta próxima madrugada, llegará quince meses después de que, con el padrinazgo político del presidente de la Xunta, Pemex y los astilleros Barreras y Navantia suscribieran un acuerdo que se presentó como el principio del fin de la gravísima crisis del sector naval gallego, que por diversos motivos ya entonces había entrado en barrena. En medio de un proceso largo y complejo fueron apareciendo obstáculos que inicialmente se obviaron: un concurso internacional para las adjudicaciones, un cambio de Gobierno en México, la modificación del tax- lease, las dificultades para suscribir los avales, la entrada de Pemex en el capital de Barreras... Todo ello no hizo más que sembrar dudas sobre el compromiso suscrito en Santiago en octubre del 2012 y enfriar el entusiasmo inicial.

Pemex ya es propietaria del 51 % de Barreras: no hay duda de que su astillero de la ría de Vigo construirá uno de los floteles y algún barco más. En situación distinta se encuentra Navantia, que hace solo unos días se quedó con las gradas vacías y cuya oferta económica es un poco más cara que la del competidor mexicano, aunque lo mejora en otros aspectos. La angustia de los trabajadores del naval ferrolano y de una comarca con un 32 % de paro y dependiente en exceso de la actividad del astillero se ha ido convirtiendo en escepticismo a medida que se demoraba el inicio de unos trabajos que iban a comenzar en el primer trimestre de este año. El flotel, con no ser la solución a la crítica situación de uno de los gigantes del naval europeo, traería algo de ocupación a una empresa que agoniza y un poco de esperanza a una comarca que hace quince meses se aferró al anuncio como a un flotador.

Por todo ello, no cabe esperar otra cosa que la adjudicación, esta noche, de los dos floteles, el de Vigo y el de Ferrol. De otro modo se quebrarían por mucho tiempo los puentes de confianza que puedan quedar entre los ciudadanos damnificados por el engaño y quienes comprometieron su palabra.