Villancicos laicos

OPINIÓN

12 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En un colegio público de cierta ciudad gallega de cuyo nombre no quiero acordarme, han decidido que se podrán cantar villancicos siempre que estos no contengan alusiones de carácter religioso. Más allá de lo ridículo de esta postura, este hecho lleva a preguntarme qué entenderán este grupo de profesoras y profesores por villancico y por Navidad, qué concepto tienen de la educación y, lo que es más importante aún, qué es para ellos la libertad religiosa.

Porque el debido respeto a los agnósticos, a los no creyentes y a los fieles de otras religiones no debe imponerse de modo tal que tergiverse la realidad de las cosas, silencie las convicciones de la mayoría cristiana o ignore la riqueza de las tradiciones.

Con posturas como esta, que reflejan un laicismo beligerante, lo único que se consigue es fomentar más el resentimiento que la tolerancia y la paz. Si no se quieren cantar villancicos, que no se canten, que no pasa absolutamente nada.

Pero eso de los villancicos laicos significa desvirtuar la realidad de las cosas y atentar contra el espíritu navideño. Tiene mucho de grosero y muy poco de educativo, porque convierte el ámbito escolar en terreno abonado para la polémica ideológica, cuando debiera ser justamente lo contrario. Imagino que en esa escuela tampoco hablarán de Mandela, un hombre que hizo lo que hizo movido por profundas razones religiosas.