Inteligencia económica

OPINIÓN

12 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ha pasado de puntillas la tramitación de la ley del Sistema de Inteligencia Económica (SIE), contemplado en la Estrategia Española de Seguridad (EES), que nos homologó en este campo con el reducido número de países que la tienen.

A semejanza del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero en el ámbito económico, el SIE analiza y facilita «información económica, financiera y empresarial estratégica relevante, oportuna y útil para apoyar la acción del Estado y una mejor toma de decisiones». Funciona «en el ámbito interno» y permite «compartir conocimiento, crear sinergias, evitar duplicidades y facilitar la adopción de posiciones comunes en las Administraciones públicas».

Y con similar sigilo se publicó en el BOE del 2 de agosto la creación del Departamento de Seguridad Nacional, dependiente de la Vicepresidencia del Gobierno, que se configura como el órgano de asesoramiento al presidente en materia de seguridad nacional, asumiendo las funciones de Secretaría Técnica y órgano de trabajo permanente del Consejo de Seguridad Nacional, y asegurando el adecuado funcionamiento del Centro Nacional de Situaciones de Crisis, lo que vulgarmente se conoce como «búnker de la Moncloa».

Con el SIE y merced al enfoque integral que caracteriza a la EES, España dispone ahora de una herramienta que alinea hacia los mismos objetivos a todos los organismos de la Administración, pues no en vano -señala el documento- la seguridad es «responsabilidad de todos» y no exclusivamente del CNI y de los ministerios de Defensa, Interior y Exteriores.

Todo esto tiene que ver con las escuchas de la NSA norteamericana y lo revelado por Edward Snowden porque la vigilancia electrónica mundial es tanto para luchar contra el terrorismo como para participar en la guerra económica encubierta que se libra en el planeta. Estados Unidos lleva también la delantera a Europa en el uso masivo de metadatos para acumular una ingente cantidad de informaciones industriales, tecnológicas, financieras y comerciales, en beneficio de sus empresas e intereses hegemónicos.

Las compañías que recogen y manejan los metadatos son casi todas norteamericanas y tienen una considerable ventaja sobre posibles competidores que quisieran iniciar ahora su camino, por lo que sería conveniente que la UE crease una agencia europea para la inteligencia económica que acortase la diferencia entre Europa y Estados Unidos en información digital que, según señaló el especialista Eric Le Boucher, «es probablemente de 1 a 100».