22 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.
Decía Paul Krugman en una visita a La Voz algunos años antes de ser galardonado con el Nobel de Economía que «en Estados Unidos el que puede caminar encuentra trabajo». En el mismo marco, el catedrático Xaquín Álvarez Corbacho contraponía los costes de la movilidad en una sociedad como la española, que poco o nada tiene del desarraigo de la americana. ¿Es realmente la movilidad la solución al paro? Puede ser una salida, pero muy dolorosa y con un gran sacrificio personal. Y no es garantía de nada. Que se lo digan a los millones de inmigrantes que llegaron a España al calor del bum inmobiliario y que tras unos años de bonanza han visto esfumarse todos sus sueños. No pueden ni siquiera retornar a la vida que tenían antes en su país.